Besar su cuello, usar un antifaz, decorar la tina, usar un listón para atar, acariciar con plumas, degustar algún manjar, pintar tu cuerpo, rociar aromas que exciten la imaginación. El juego no tiene límites para encender la pasión.
Despierta los sentidos y aumenta las posibilidades pues el juego de seducción conlleva más que caricias y besos. Imagina y crea tu ambiente, tu intimidad, tu sensualidad y la de tu pareja.
Usar juguetes sexuales, bajar el tono o color de la luz, decorar diferente la cama, incitar el olfato con el agua de rosas, el jazmin o la lavanda, rozar la piel con paños de seda, lino o terciopelo, variar las posiciones al hacer el amor, iniciar suave y apresurar el ritmo, hacer una pausa casi a punto de terminar para incitar el deseo de la pareja, susurrar al oído mientras tocas su cuerpo lentamente, desnudar sus fantasías, provocar la interacción en el juego una y otra vez.
La creatividad no tiene fronteras, solo despójate de complejos y prejuicios y disfruta cada momento, cada palabra, cada roce, cada una de las caricias.
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