lunes, 24 de abril de 2017

Intimidad


El preámbulo de la seducción, cómplice discreto que abre las puertas de la intimidad.

No se limita a las caricias, los besos o el deseo sexual. Va más allá.

Empieza con el intercambio de una mirada, el disfrute de una conversación, el intercambio de cosas en común, el roce de las manos, el murmullo de algún secreto.

Intimar con alguien implica compartir momentos y conocer sus gustos, imaginar sus deseos e interesarse en su plática. Traspasar el límite de aquella privacidad que no se muestra ante cualquier persona y respetar el honor de dicho privilegio. 

Recordar que intimidad es una palabra delicada y al mismo tiempo deseada.

El propio significado de dicha palabra confiere algo tan especial que debe ser motivo de goce, admiración y discreción al entrar en tal concepto.

Es una invitación sutil a desnudar cuerpo y alma, a fusionar momentos y amalgamar sueños y deseos.