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Puntos esenciales a descubrir en la geografía de cada cuerpo, con el único propósito de despertar placer intenso en cada roce, en cada caricia, en cada beso...
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Travesía detallada que da inicio en los labios, succionando lentamente cada parte de ellos, deslizando la punta de la lengua, intentando apenas probar cada detalle en el cuerpo de la pareja.
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El cuello, el lóbulo de la oreja, el pecho, el abdomen, la espalda, los glúteos, la entrepierna, los muslos, la zona que rodea los genitales, los tobillos y las muñecas.
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Cada punto debe ser explorado lenta y pausadamente, hasta encontrar un gemido, un impulso, una respuesta placentera que descifre la sensibilidad de nuestra pareja y nos indique el camino correcto hacia el deseado momento del orgasmo mismo.
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Tocar delicadamente con la punta de los dedos, con nuestros labios, con las mejillas, con la nariz o con la palma de las manos. Sin prisa, despacio y suave, paladeando cada instante, recordando cada secreto encontrado.
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Viviendo al máximo la sensualidad de esas zonas mágicas en el juego de la seducción.
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