El delicado roce de la piel, deslizando suavemente ambas superficies, dibujando siluetas, intentando bosquejar las emociones una y otra vez.
Recorriendo lentamente las formas mientras la imaginación vuela intentando plasmar los sentidos en cada caricia.
Ensoñación íntima en cada contacto, en cada suspiro, en la cadencia de los movimientos, en cada gemido.
Sonidos suaves y miradas que se pierden al compás de la seducción misma.
Significado mágico el que producen las caricias, vulnerando la lógica y el tiempo, derribando las barreras del pudor y la desconfianza, conquistando en cada momento la voluntad de los amantes.
Rendición absoluta que desborda los límites del placer y la pasión en un provocativo juego sensorial . . . simplemente irresistible.
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