Cuestiones físicas que nada tienen que ver con el aspecto emocional.
A veces ambos, tanto el hombre como la mujer, se empeñan en hacer notorias esas diferencias.
Tonta actitud.
En el fondo ambos necesitan sentir, atraer, seducir y ser seducidos, complementarse.
La llamada guerra de los sexos únicamente sirve para distanciar aquella afinidad natural existente entre hombres y mujeres, más allá de las características físicas propias de cada género.
Contemplar y admirar la belleza del sexo opuesto es lo que motiva el deseo y nos permite tener un concepto sublime acerca de la sexualidad y el placer que conllevan esas apreciables diferencias de género.
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